Vicente de Paúl, Carta 1315: A La Madre María Inés Le Roy
Vicente de Paúl
París, 9 de septiembre de 1650
Mi querida madre:
La gracia de Nuestro Señor sea siempre con nosotros.
Hace solamente dos días que le escribí sobre su regreso, y le decía entre otras cosas que dudaba de que hubiera allí seguridad, pero que no obstante me informaría del señor Le Tellier tal como hice también cuando usted salió, al principio de su viaje. Pues bien, el señor Le Roy, su primer secretario, a quien usted conoce, le ha asegurado a una persona digna de fe, que me acaba de escribir, que puede usted tener seguridad en su regreso, si sale usted cuanto antes o inmediatamente después de recibir la presente, pero que, si espera usted un poco más de tiempo, ya no habrá tanta seguridad. Se lo aseguro hasta Amiens, con tal que tome usted una escolta parecida a la que tomó cuando se fue; y una vez que haya llegado a Amiens, se encontrará la forma de hacer que venga con toda tranquilidad. Esto es, mi querida madre, lo que me obliga a rogarle que salga cuanto antes, dejando todas las demás cosas. No dudo de que su presencia será muy útil por allí y que los suyos pondrán el grito en el cielo, especialmente nuestras queridas hermanas; pero la mucha necesidad que tienen de su presencia las de su casa de aquí, en donde todas sus hijas la están echando de menos con instancias indecibles, me impulsa a rogarle expresamente que venga lo antes posible. Allí no tiene usted más que ordenar lo que crea conveniente para el alojamiento y para el buen orden de su querida familia, y puede estar segura de que nuestra querida madre superiora ejecutará al pie de la letra lo que usted ordene. Encontrará usted a su familia aumentada con la persona de la señorita de Longueville, la cuarta, y quizás con la de la señora de Saint-Pierre de Reims, su hermana natural, y a nuestra querida hermana asistenta con una impaciencia incomparable por su regreso. Le pido a Nuestro Señor que sea él mismo su dirección; soy en su amor y en el de su santa Madre su muy humilde servidor.
VICENTE DEPAUL
indigno sacerdote de la Misión
Aprovecho la ocasión para renovar el ofrecimiento de mi obediencia perfecta a la señora Le Roy y a toda su querida familia, y suplico muy humildemente a nuestra querida hermana superiora que me perdone por no haberle podido escribir, por lo mucho que he tenido que hacer, y porque he tenido que dedicarme a la visita de nuestra querida casa de esta ciudad, desde cuyo locutorio le escribo a usted, utilizando su mismo sello. También saludo humildemente a todas las demás hermanas y me encomiendo a sus oraciones y a las de usted. Dirección. A la reverenda madre superiora de las hijas de Santa María del barrio de Santiago de París, actualmente en Mons.